Conozca acerca de la trombosis y la embolia
Para empezar debemos saber que la trombosis es una afección que ocurre cuando se forma un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo tapando parcialmente y esta obstrucción hace que el flujo de la sangre se reduzca, ocasionándole así sufrimiento y daños a las células, tejidos y órganos a los cuales este líquido vital llega deficientemente, por lo cual se pueden generar complicaciones que dejen secuelas graves y discapacitantes, hasta la muerte de la persona. Una de sus consecuencias más importantes es la embolia, este fenómeno ocurre cuando un fragmento del trombo o coágulo se desprende y viaja por la circulación sanguínea hasta atorarse en un vaso sanguíneo que sea de diámetro pequeño, por ejemplo en la arteria de los pulmones, causando un tromboembolismo pulmonar o infarto pulmonar que pone, como ya se había mencionado, en un alto peligro la vida.
La trombosis venosa puede afectar a cualquier persona, pero existen algunos factores importantes que aumentan el riesgo a desarrollarla, estos factores de riesgo son:
Haber presentado trombosis o embolias antes, antecedentes familiares y trastornos de la coagulación hereditarios, edad avanzada, obesidad, tener un catéter en una vena central.
Trauma en una vena por fracturas, lesiones musculares graves o someterse a una cirugía mayor.
Mala circulación de la sangre causada por la permanencia por un tiempo prolongado en la cama, parálisis, estar limitado en el movimiento por ejemplo con un yeso, o mantenerse sentado por mucho tiempo con las piernas cruzadas.
Aumento en los niveles de estrógeno, causado por píldoras anticonceptivas, terapia de reemplazo hormonal, y en el embarazo hasta seis semanas después del parto.
Síntomas:
Busque atención médica si presenta: hinchazón, dolor, sensibilidad al tacto y enrojecimiento de la piel de algún área específica, comúnmente piernas o brazos, los cuales son los síntomas más comunes de la trombosis. Por su parte los síntomas de la embolia pulmonar pueden ser: dificultad para respirar, latidos irregulares del corazón, dolor o molestias para respirar profundo o toser, tos con sangre, presión arterial muy baja y mareos o desmayos.
Para prevenir y tratar estas afecciones, especialmente cuando se vuelven crónicas, el médico según la situación específica de cada paciente determina la necesidad, elige y prescribe un anticoagulante, el cual es un medicamento que se utiliza para impedir la formación de estos coágulos dentro de los vasos sanguíneos y que por lo tanto no viajen hasta el cerebro, corazón, pulmones u otros órganos.
En nuestro medio se utilizan diferentes anticoagulantes orales como: Warfarina, Dabigatrán y Rivaroxaban. La warfarina, también conocida como Coumadin (nombre comercial) se administra por vía oral y la dosis para cada paciente, determinada por el médico, se ajusta según sus exámenes de laboratorio de sangre, al igual que los controles, los cuales se realizan al tercer día después de iniciar el tratamiento; una vez alcanzados los niveles deseados se hacen controles cada semana, luego cada 15 días y finalmente cada mes.
Referencias:
Centros para el control y la prevención de enfermedades. Información básica sobre tromboembolismo venoso (coágulos de sangre), 2017[internet]. Disponible en: https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/dvt/facts.html
Abraham Majluf-Cruza,* y Francisco Espinosa-Larrañagab. Fisiopatología de la trombosis. Gac Méd Méx Vol. 143 Supl 1, 2007. ) [internet]. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/gaceta/gm-2007/gms071d.pdf
Hospital Pablo Tobón Uribe. Paciente anticoagulado con warfarina. Cartilla educativa.
Imagen obtenida de: https://www.google.com/search?q=trombosis+y+embolia&rlz=1C1EJFC_enCO832CO832&sxsrf=ACYBGNT_gILvKOTW42Jiuylgwff58Kavew:1581897733831&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjor_ujpNfnAhVhTt8KHSHxCq8Q_AUoAXoECA0QAw&biw=1137&bih=694#imgrc=u2RZ3IBoYj4B7M