¿Por qué se prohíben las corridas de toros?
A pesar de que las corridas de toros se han visto como un evento cultural que desde hace mucho tiempo se ha practicado, desde hace muy poco se ha examinado detalladamente el daño que este tipo de eventos le trae a la sociedad, comenzando con ciertos valores morales tales como la empatía hacia otros seres vivos; si bien se sabe, en Medellín estos eventos están prohibidos se deben examinar las razones por las cuales estas corridas no se realizan, ni se deberían realizar en ningún lugar.
Porque los animales en la constitución política de Colombia son considerados como animales sintientes y su maltrato es penalizado en la actualidad.
Porque suponen de forma incontestable el sufrimiento gratuito de un ser vivo.
Porque la tortura de animales del entorno doméstico es un delito sin discusión alguna de ningún tipo
Porque esa indescriptible tortura dura 20 minutos.
Porque los matadores pican al toro y le rompen los músculos del cuello para poder ejercer su "harte”.
Porque supone truncar la vida de un ser vivo con apenas 1/4 de su vida natural para divertimento de un público.
Porque a pesar de que el espectáculo se basa en la filosofía de la lucha "noble" del hombre contra el animal, la realidad es que se trata de un acorralamiento de varios matadores con armas blancas contra un animal indefenso.
Porque aunque muy aleatoriamente el toro consigue herir o matar a uno de sus verdugos en esa "noble" lucha, jamás reconocen su "victoria" y lo matan exactamente igual.
Porque aparte de los toros, también sufren los caballos, lo que hace todavía más imperdonable la práctica del toreo. Matar un caballo exponiéndolo a los cuernos con unas dudosas protecciones y además cortándole las cuerdas vocales, es incluso más inaceptable que matar a un toro y tiene que ser castigado sin contemplaciones.
Porque tener a un toro como víctima propiciatoria de todo tipo de rituales sangrientos formaba parte de los hábitos de sociedades paganas donde era de lo más habitual exterminar a naciones enteras por la gloria y el botín. Estamos en el siglo XXI (ddC), no el año XXI (adC)
Porque si el Estado no permite que un ciudadano se juegue la vida prescindiendo del cinturón de seguridad o de los elementos de protección en una obra, menos debería permitir que una persona se la juegue delante de un toro o en un encierro.
