Animales silvestres
En Colombia se conoce como animal silvestre todo aquel animal que no haya sido objeto de domesticación por parte del ser humano durante la historia; y se entiende como animal exótico aquellos animales que de forma natural no se encuentran en el territorio geográfico de un país. Por lo cual, para nosotros un animal silvestre será un tigrillo, mientras que un animal exótico será un canguro, como ejemplos para dar una mejor idea de a que se refieren ambos términos.
Dentro de nuestro territorio se cuentan con diferentes normativas que regulan y protegen la explotación de los animales silvestres y otras que regulan el ingreso de los animales que para nosotros son exóticos. Todas estas leyes se realizan con el fin de proteger los recursos naturales que posee el país, entre ellos la biodiversidad (tanto en flora como fauna) y prevenir la entrada de enfermedades o plagas que no se encuentran de forma natural dentro del territorio y representarían una gran problemática de salud.
En la actualidad, hablando precisamente de los animales silvestres de nuestro país, muchos de ellos se encuentran amenazados por las actividades humanas como la ganadería o el crecimiento de las ciudades que invaden sus territorios y termina por convertirse en una situación de peligro para la vida humana y la de aquellos animales que son forzados a desplazarse de su ambiente natural y encontrar otros. Sin embargo, en el momento en que estos animales son sacados de su territorio se convierten en invasores del territorio nuevo, generando cambios en la biodiversidad normal y amenazando la vida de otras especies. Por lo tanto, afectar el territorio natural de una especie no solo tienen impacto significativo en esa especie, por el contrario, se ve afectado todo el equilibrio natural que se ha creado en torno a las características del ecosistema, entre ellas toda la comunidad de animales que ya han creado su sistema natural.
La caza de estas especies para consumo indiscriminado y la venta como animales de compañía son otras de las razones por las cuales la fauna silvestre se encuentra en peligro, no solo dentro del territorio colombiano, sino a nivel mundial. Y, entre las más importantes, la contaminación generada día a día por el uso indiscriminado de plástico y otros productos que terminan depositados en los ecosistemas que deberíamos proteger.
Para Colombia las especies que se encuentran más vulnerables según la WWF, el Fondo Mundial para la Naturaleza, son:
Tortugas marinas: El consumo de huevos, la contaminación y la destrucción de su hábitat son las principales razonas por las cuales 6 de las 8 especies de tortugas marinas se encuentran en peligro de extinción. Colombia es parte importante la protección de estos animales, puesto que estas seis especies cruzan los mares y playas de Colombia.
Tití cabeciblanco: Una de las especies más emblemáticas y en peligro en Colombia, puesto que estos animales solo se encuentran en el territorio colombiano. El comercio como mascotas y la destrucción de su hábitat por la deforestación son las principales amenazas para este animal que desde 1973 se encuentra en peligro de extinción y, actualmente, se encuentra en estado crítico.
Oso de anteojos: Todos conocemos al oso de anteojos por ser la imagen principal de Zoológico Santa Fe, en Medellín. Es el único oso que habita en Suramérica y la expansión de las zonas agrícolas es su principal amenaza, puesto que los agricultores los cazan por ser un peligro para sus plantaciones.
Para muchos, al vivir en la ciudad, se creería que no se puede hacer nada para la conservación de estos animales, puesto que no contribuimos de forma directa con su extinción. No obstante, desde las ciudades se puede desarrollar muchas estrategias individuales que al final, sumadas, harán un impacto significativo en la forma en que interactuamos con los animales silvestres.
Concientización: La negación o la ignorancia es la principal amenaza para las especies animales; la información insuficiente que llega a las masas y la falsa información. Crear estrategias para concientizar a la población activa y al futuro de la nación (niños) son los principales enfoques que se deben tener. Enseñar a los niños y adolescentes a respetar toda vida, humana o no, y a respetar el ecosistema son formas de aportar un granito para la conservación de estos animales.
Consumo responsable: Saber lo que se consume es importante, conocer como se produce, que afecta y como impacta en la naturaleza. Actualmente no es un secreto el impacto que generan los pitillos plásticos en los mares y en las especies que viven en ello; por lo cual, dejar de consumir estos productos sería la opción más indicada para la conservación de las tortugas marinas afectadas.
No comercializar fauna silvestre: La oferta y la demanda de estos animales representa un riesgo para la mayoría de las especies pequeñas como las tortugas y los titís. Abstenerse de comprar estos animales, a pesar de tener intenciones de ayudar, reducirá la demanda y por tanto la comercialización de fauna silvestre se acabará.