LAS ABEJAS
De forma cultural en Colombia es común realizar la extinción de panales de abejas cuando estas se encuentran cerca de un lugar residencial y suponen un “peligro” para los residentes que se encuentran en las cercanías y se convierten en vecinas obligados de estos pequeños insectos que, lejos de hacer daño, benefician a la humanidad entera. Durante el presente año, un juez determinó que en Colombia se debía proteger a estos insectos ante el impacto ambiental que conlleva la extinción de ellos; sin embargo, este fallo a favor de la protección de ellos fue desestimado hace poco por considerar que se debía proteger a las abejas por una acción popular y no por una tutela o un proyecto de ley.
Tal vez, muchos se han llegado a preguntar “¿Cuál es la importancia real de esta problemática y porque deberíamos tomar medidas al respecto?”. La respuesta a esto es una palabra simple que, si bien muchos hemos escuchado, no logramos entender realmente el impacto que tiene en la vida a lo largo y ancho de la tierra, y sus repercusiones en la humanidad.
Las abejas cumplen la importante función de la polinización, un proceso que se encarga de llevar el polen de una flor a otra, para así permitir que preservar las plantas silvestres y cultivadas, la diversidad de ellas. Es decir, que gracias a las abejas es que los humanos, y muchos animales, pueden obtener su alimento en forma de frutas y verduras que nacen a partir de las plantas polinizadas por las abejas. Por lo cual, si estos pequeños animales no cumplen con su papel en la naturaleza, miles de ecosistemas perderán el equilibrio que ya se ha obtenido con la evolución y, desde una perspectiva centralizada en la humanidad, se dejarían de producir frutas y verduras.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto?
Desde el punto de vista de la población es necesario que se respete la vida de estos animales, evitando la quema de las colmenas cercanas a los edificios residenciales, y evitando también molestarlos para así prevenir accidentes de ataques de abejas. La mayoría de estos paneles son provisionales, puesto que las abejas buscan los lugares donde se les facilite acceder a su alimento, el polen, y por tanto las ciudades no representan para ellas un lugar agradable y, al final, terminaran por migrar hacia otro lugar más ameno.
Recuerda, hasta los más pequeños animales cumplen su función dentro de una cadena y un equilibrio para preservar la biodiversidad y la vida del planeta.