Animales domésticos permitidos
Colombia es uno de los países con mayor diversidad de fauna en el mundo, lo que otorga a los colombianos una responsabilidad importante respecto a la protección de estos animales que, lastimosamente, se encuentran en peligro por muchos factores diferentes. Entre los principales peligros para la fauna silvestre (animales exóticos) se encuentra la comercialización ilegal de estos animales dentro del territorio, un mercado que llama la atención de viajeros a lo largo y ancho del país, ya que es común observar en las carreteras los animales siendo vendidos de forma recurrente e, incluso, se ha conocido la existencia de diversas plataformas virtuales que ofrecen estos animales.
Sin embargo, que este panorama sea habitual no quiere decir que sea algo legal o ético. Por el contrario, la venta y tenencia como mascotas de animales silvestres, nativos o no de Colombia, es ilegal y lleva a cargos penales y multas para aquellos que sean sorprendidos vendiendo y teniendo un animal de estos. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Rural es el ente encargado de determinar cuales son los animales permitidos para su comercialización y tenencia como mascotas en los hogares.
Así, para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Rural y el gobierno colombiano los animales permitidos como mascotas y para ser comercializados son:
Animales convencionales: Perros y gatos de cualquier raza.
Animales no convencionales:
Aves: Pato, gallina, diamante babero, diamante de Guold, diamante punteado, diamante modesto, diamante papayago, diamante papayago azul, diamante personata, diamante estrella, diamante bicheno, diamante capuchino, Isabelita, Canario, Ninfa (lorito de copete), perico autraliano, anade real, ganso, tórtola diamante, tótola zebra, tórtola maracaibera, paloma de castilla, faisán dorado, faisán lady Amherst, faisán venerado, faisán plateado, faisán de Mongolia, pisco, pavo real.
Roedores: Hamster.
Lagomorfos: Conejos.
Todo animal que no se encuentre dentro de los mencionados anteriormente y se encuentre en propiedad de alguien o siendo comercializado, será decomisado inmediatamente y lleva a un centro de rehabilitación donde se determinará si puede ser devuelto a su ambiente natural o, por el contrario, será sacrificado.