UN HECHO HISTÓRICO QUE MARCÓ LA IGUALDAD
En la ciudad sureña de Little Rock (Arkansas, EE UU) nueve estudiantes de color matriculados en la Central High School, hasta ese momento sólo para blancos, tenían que comenzar el curso escolar. Sin embargo, desde hacía días, el gobernador segregacionista de Arkansas, Orval Faubus, había decidido rodear la escuela con las tropas de la Guardia Nacional de Arkansas para impedir la entrada a los estudiantes negros, lo que derivó en una intensa confrontación con las fuerzas de seguridad.
Tres años antes se había declarado de forma unánime que la segregación en las escuelas públicas era inconstitucional, a partir de ese momento cualquier ciudadano estadounidense de cualquier raza o religión podía acudir a cualquier escuela pública norteamericana. En vista de dicha insubordinación a preservar la ley, se ordenó que las tropas fuesen retiradas. Los nueve pudieron entrar por fin. Cuando la muchedumbre descubrió que estudiantes negros estaban dentro, comenzó a desafiar a la policía y a abalanzarse hacia la escuela entre gritos y amenazas en contra de los nueve estudiantes. Temerosa de que la policía fuese incapaz de controlar a la multitud, la administración de la escuela desalojó a los estudiantes negros por una puerta lateral antes del mediodía.
Sin la Guardia Nacional, la policía de Little Rock trató de mantener el orden pero fue incapaz, ninguno de los Nueve de Little Rock (que tenían entre 15 y 16 años) intentó acudir la escuela al día siguiente. Ante estos hechos, se ordenó el envío de 1.200 soldados a Little Rock y así consiguió, 21 días después del inicio oficial del curso, que los nueve estudiantes afroamericanos lograron entrar en el instituto por primera vez y así ejercer su derecho.