EL AMOR ES SIEMPRE CRECIMIENTO
Hay que saber distinguir entre una relación que se ha deteriorado o está pasando un difícil momento y es recuperable, de una manera que ha caído en una convivencia tóxica.
Muchas personas viven sus relaciones de pareja creyendo que los une aún un gran amor. Que detrás de una supuesta “tensión y alejamiento “prevalece un amor que se resiste a morir.
Incluso algunas personas permanecen sujetas a sus novios, pensando que el maltrato constante, los celos desmedidos, las des calificaciones interminables, las críticas ofensivas, los silencios e indiferencias prolongadas, no son aún suficiente razón para dejar a su pareja. Quieren mantenerse aferradas a un vínculo, pensando que quizás las cosas pueden cambiar y hacer resurgir el amor romántico nuevamente. A este tipo de personas les da mucho temor el sentirse solas y se sujetan a una ilusión sin fundamento.
Pero no hay que engañarse. Hay que saber distinguir entre una relación que se ha deteriorado o está pasando un difícil momento y es recuperable, de una que ha caído ya en una convivencia tóxica y perjudicial sin retorno. En estos casos se debe anteponer el amor propio, el buen juicio, la dignidad personal sobre un auto sacrificio estéril y patológico.
En los textos bíblicos se recoge una contundente definición del amor: “el amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…”.
Un amor así es absoluto, hermoso, permanente, satisfactorio y edificante; puede enfrentar situaciones adversas y prevalecer, porque es entrega y donación, es sentimiento y voluntad. Soporta las dificultades y los embates de la vida, pero no con malestar y frustración, sino con convicción y perseverancia.
En el nombre del amor no debemos:
Limitar el potencial debido a las propias inseguridades.
Cohibir el desarrollo por egoísmo o por temor.
Limitar su libertad de expresión.
Poseer como si fuese un objeto.
