¿Cómo detectar un episodio maníaco?
Un episodio maníaco se define por un período concreto durante el cual el estado de ánimo es anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable. Para su diagnóstico, dicho estado de ánimo debe tener una duración de al menos una semana y debe ir acompañado de otros síntomas como autoestima muy exagerada, lenguaje verborreico, poca necesidad de dormir, realización de actividades de alto riesgo, ausencia de autocrítica, entre otros.
Los criterios son:
Criterio A: Este período de estado de ánimo anormal debe durar al menos 1 semana. Debe ir acompañada por al menos de otros tres síntomas de una lista que incluye aumento de la autoestima o grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, lenguaje verborreíco, distracción y/o agitación psicomotora e implicación excesiva en actividades placenteras con un alto potencial para producir consecuencias graves.
Criterio B: Se da una exageración de la autoestima, que va desde la confianza en uno mismo carente de autocrítica hasta una evidente grandiosidad que puede alcanzar proporciones delirantes, hay un descenso de la necesidad de dormir. El lenguaje de tipo maníaco es típicamente verborreíco, fuerte, rápido y difícil de interrumpir. Es frecuente que el aumento de la actividad intencionada implique una excesiva planificación o participación en múltiples actividades.
Es frecuente que los sujetos con un episodio maníaco no reconozcan que están enfermos y que se resistan a los intentos de tratamiento. Pueden viajar impulsivamente a otras ciudades, perdiendo el contacto con los familiares o los cuidadores. Pueden cambiar su vestimenta, el maquillaje o la apariencia personal hacia un estilo más llamativo o sugerente sexualmente, que resulta extraño en ellos. También pueden involucrarse en actividades que tienen una cualidad desorganizada. El episodio maníaco puede acompañarse de comportamientos antisociales. El sujeto puede estar hostil y amenazar físicamente a los demás.