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La subjetividad y el sujeto social

El ser humano se caracteriza por ser un individuo con motivaciones y cualidades únicas, que a su vez se van desarrollando y perfeccionando a partir de la interacción que tiene con el mundo externo, según Aristóteles “El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por azar o es mal humano o más que humano... La sociedad es por naturaleza y anterior al individuo... el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una bestia o un dios.". (Soares, 2002, pág. 62)

Las personas necesitan de la convivencia e interacción con otros seres humanos para aprender, desaprender, desarrollarse e incluso reproducirse, lo que permite concluir que el sujeto adquiere su condición humana a través del vínculo que se crea con el otro.

Las relaciones directas con otras personas influyen en el individuo, sin embargo no lo determinan puesto que éste se define a sí mismo a partir del entorno, por lo cual las instituciones que surgen por consenso como lo son las leyes también actúan como un factor determinante en su conducta.

La sociedad y el ser humano asumen una relación recíproca, que le hace posible al individuo interactuar en diferentes contextos y situaciones, no es solo recibir sino también dar de lo que ha recibido, no habría tejido social estable si no existiera a la vez el sujeto social, es decir, la misma persona que labra su realidad en la expectativa del mundo compartido, de indispensable vinculación con el otro para realizarse, del prolifero intercambio que suponen las diferencias.

Los individuos al volver consciente su realidad logran agruparse con otras personas que tienen intereses o problemáticas en común y con estas relaciones se permiten mejorar su posición, es decir crean intereses de formar y hacer parte de colectivos sociales como lo son las asociaciones civiles, clubes deportivos, partidos políticos, etc.

La voluntad social es entendida como la relación que se da entre la individuación y los procesos de constitución de la subjetividad en el cual se le confiere voluntad a un colectivo que consigue surgir de una masa y que, junto de esa voluntad atribuida, se encontraría presente un comportamiento subjetivo esencial de la masa misma. Según la teórica marxista Rosa Luxemburgo, las masas tienen la capacidad de proyectar objetivos y finalidades propias.

A pesar de que el pensamiento político marxista fundamenta la reducción del individuo al colectivo, es innegable que logra en muchos sentidos esclarecer como las estructuras sociales o en su caso las masas están conformadas en un sistema subjetivo que las convierten en algo único.

En esta medida “la subjetividad social es constitutiva de un escenario irreducible a su momento subjetivo, cuyos procesos y fenómenos generales adquieren sentido subjetivo en el curso de la acción de individuos, grupos, comunidades e instituciones, que en su interrelación configuran la compleja trama social.” (González Rey, 1997, pág. 98)

Los sentimientos subjetivos no son propios de las experiencias individuales, sino que representan las relaciones diferenciadas que acontecen en los diversos espacios de vida social de la persona. El ser humano no solo se define por sus características individuales ni tampoco por sus características sociales sino por la interrelación entre estas dos, convirtiéndolo en alguien único.

Maria Camila Giraldo Castaño

Andrés Felipe Giraldo Castaño

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